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miércoles, 22 de junio de 2011

Sobredosis de fantasía.



No tengo intención alguna de ofender a nadie en particular ni de señalar a ninguno de fantasioso o fuera de la realidad. Es una crítica no a un conjunto determinado de personas, sino incluso al Ser Humano en general en el cual me incluyo yo.

Un día en el que veía con interés esa caja de luces de colores al que llamamos televisor, cobré conciencia de algo sobre un tema muy discutido. Aunque ya había escuchado sobre ese tema no había tomado conciencia sobre él hasta ese momento. De repente, empecé tristemente a cambiar los canales lentamente y cada vez me deprimía más. Me di cuenta que vivimos en múltiples fantasías.

Empecé a repasar aquellos momentos fantasiosos de mi días : Al escuchar música. Esta tiende a transportarnos a momentos distintos al presente sea nuestro propio pasado o realidades distintas a la nuestra. Luego, leía un libro sobre una realidad distinta a la mía sea esta ficticia o real. Luego veía el ordenador: quitando las noticias, lo demás era fantasía. Ya con ver historias de páginas de internet estaba en un mundo fantasioso y ni hablar con los videojuegos: una fantasía total. Por ultimo el televisor: quitando el telediario y unos cuantos documentales, pienso que una gran totalidad de lo que se emite...es pura fantasía.

De hecho a veces nos ponen cosas muy estúpidas como si fuesen grandiosas. Un ejemplo es ver al típica escena de un coche explotando, con una música de fondo y un narrador diciendo “no se pierdan el próximo capítulo de...”, pensamos que esa serie será lo mejor y entramos en una estupidez fantasiosa gracias al coche que ha explotado que por lo menos yo estoy harto de ver en las fotos de atentados de oriente próximo.

Ya sé que estás pensando: gracias a la fantasía el ser humano puede despegar de su realidad, sentirse pleno, dejar de sufrir y contribuir al desarrollo de su personalidad... Ese discurso lo he escuchado muchas veces y es cierto. La fantasía es necesaria en nuestra vida, de ella aprendemos e incluso nos da un impulso necesario. Pero el problema está cuando la consumimos en exceso. El problema está cuando ignoramos los problemas de los otros (y los nuestros) ya que nos ponemos ciegos de fantasía. En muchas ocasiones hemos invertido grandes cantidades exageradas de tiempo en fantasías en vez de utilizar parte de ese tiempo en estudiar, trabajar u ocuparnos de un problema ajeno. Hay que tener presente que nuestro tiempo tiene un límite.

No soy un profesional (todavía), pero si concebimos el mundo desde un punto de vista de clases sociales (alta, media, baja) podemos ver que las clases altas y medias se encierran en fantasías propias: ven series con que se sienten más identificados y frecuentan lugares muy idílicos, evitando los problemas de las clases bajas. Mientras que las bajas se encierran también en otras fantasías en que se imaginan ser parte de esas clases medias o altas.

La fantasía es necesaria y fundamental para el desarrollo de nuestra personalidad. El problema está cuando la utilizamos para taponar nuestra nariz ante la mierda que nos rodea sino se debe utilizar para que nos percatásemos más de lo que nos ensucia. La fantasía es una espada de doble filo: si la utilizamos bien desarrollaremos nuestra sensibilidad, sino será un puñal tanto para nosotros como para los más cercanos. Pienso que la fantasía ha sido utilizada como arma para evitar la caridad entre todos nosotros, sea con o sin intención.

¿Cuántas dosis (tiempo) de fantasía tomarás en este verano? ¿Y de que forma?

Es por ello que invito a ver fantasías de las cuales podemos sacar verdadero provecho. Y vivir tu propia realidad. Un abrazo.

(Espero no peder el tiempo como en los dos veranos pasados: me arrepiento tirar esos días por la ventana de mi casa)

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