El “imbécil hispanoamericano” son aquellos que manipulan a los demás, con aparente afectividad, simplemente para alcanzar sus intereses. Son aquellos que depositan su confianza en algo externo a él, sin que moviese un meñique. Son aquellos que les gustan aparentar ante sus más cercanos y creerse superiores a los mismos. Piensan que el dinero lo es casi todo, y que son más de los que poco tienen. Son perezosos en muchas cosas a no ser que se estén muriendo de hambre. Lo poco o mucho que ganan se los malgastan en fiestas. Si leen apenas dos libros sobre un tema, creen que lo saben todo sobre ese tema, repitiendo constantemente lo que poco han aprendido. Si nacen pobres y tienen posibilidades de avanzar, no avanzan. Siempre quieren que los demás les hagan su trabajo. Nunca tienen criterio propio, siempre copiando lo que dicen los otros, si está rodeado de delincuentes, es delincuente, si esta rodeado de pacifista es pacifista, si esta rodeado de ecologista es ecologista….
Tienden a carecer de buena educación. Nunca construyen proyectos futuros. Muchos son viciosos. Nunca investigan, siempre quieren que todo se los digan. No les gustan que los critiquen, pero critican (con escasos argumentos) al vecino que tiene un mejor ordenador que ellos. Lo poco que estudian es por dinero, no por vocación. Desprecian a aquel que piensa distinto (o actúa distinto) Si les faltan algo, le echan la culpa al otro y se lo quieren quitar. Sólo piensan que lo útil es aquello que da dinero o placer. Son mentirosos, esconde gran parte de su pasado, o lo distorsiona. Sólo les importan que sus cosas estén en buen estado, más no le importan las cosas de los demás, por ejemplo: mi casa está impecable por dentro, pero toda la porquería que produzco lo tiro a la calle. Muchos son supersticiosos, piensan que con solo besar una imagen se les concederán todos sus deseos, o piensan que las cartas predicen el futuro. Si hay una crisis económica, son capaces de salir a las calles y saquear los negocios sin necesidad alguna.
Vuelvo a afirmar que estas actitudes son de algunos, no de todos. Y que muchos no tienen todas esas actitudes en sí mismos sino que algunas.
Este tipo de individuo hace que el país se estanque o que se desacelere, ya que son improductivos y corruptos.
Quiero demostrar un caso real:
En España había una conferencia formal en la que acudieron varios inmigrantes. Entre ellos estaban tres personas de nacionalidad boliviana. Una de ellas interrumpía cada rato al orador con el móvil y les hacía preguntas que no tenía sentido. Llegó incluso a interrumpir para pedir un descanso de 15 minutos. El orador, con mucha paciencia accedió a su solicitación. En los 15 minutos de descanso, la boliviana sacó una bandeja de empanadas y se puso a venderlas en la sala de la conferencia, incluso con un surtidor de salsa en la mano. A muchos inmigrantes se les cayó la cara de vergüenza ajena, incluso el que me lo contó con gran decepción también era inmigrante.
Tienden a carecer de buena educación. Nunca construyen proyectos futuros. Muchos son viciosos. Nunca investigan, siempre quieren que todo se los digan. No les gustan que los critiquen, pero critican (con escasos argumentos) al vecino que tiene un mejor ordenador que ellos. Lo poco que estudian es por dinero, no por vocación. Desprecian a aquel que piensa distinto (o actúa distinto) Si les faltan algo, le echan la culpa al otro y se lo quieren quitar. Sólo piensan que lo útil es aquello que da dinero o placer. Son mentirosos, esconde gran parte de su pasado, o lo distorsiona. Sólo les importan que sus cosas estén en buen estado, más no le importan las cosas de los demás, por ejemplo: mi casa está impecable por dentro, pero toda la porquería que produzco lo tiro a la calle. Muchos son supersticiosos, piensan que con solo besar una imagen se les concederán todos sus deseos, o piensan que las cartas predicen el futuro. Si hay una crisis económica, son capaces de salir a las calles y saquear los negocios sin necesidad alguna.
Vuelvo a afirmar que estas actitudes son de algunos, no de todos. Y que muchos no tienen todas esas actitudes en sí mismos sino que algunas.
Este tipo de individuo hace que el país se estanque o que se desacelere, ya que son improductivos y corruptos.
Quiero demostrar un caso real:
En España había una conferencia formal en la que acudieron varios inmigrantes. Entre ellos estaban tres personas de nacionalidad boliviana. Una de ellas interrumpía cada rato al orador con el móvil y les hacía preguntas que no tenía sentido. Llegó incluso a interrumpir para pedir un descanso de 15 minutos. El orador, con mucha paciencia accedió a su solicitación. En los 15 minutos de descanso, la boliviana sacó una bandeja de empanadas y se puso a venderlas en la sala de la conferencia, incluso con un surtidor de salsa en la mano. A muchos inmigrantes se les cayó la cara de vergüenza ajena, incluso el que me lo contó con gran decepción también era inmigrante.
Esta boliviana no actuó correctamente. Pero en la conferencia había otros dos bolivianos: unas personas muy educadas, que no interrumpían innecesariamente y preguntaban cuando tenían una verdadera duda.
Pero…¿Qué hay que hacer para erradicar esos Imbéciles?
La respuesta es simple: no hay que capturarlos a todos e introducirlos en campos de exterminio, ni tampoco hay que hacer propaganda contra ellos. Simplemente hay que educar en valores a los jóvenes, y especialmente a nuestros hijos. Enseñarles que el dinero y el placer no lo es todo, que los demás tienen los mismos derechos, que hay que progresar siempre y cuando no se pisotee a los demás y no ser muy conformista, a administrar bien el dinero e invertir bien el tiempo, a adorar el saber e interesarse por aprender y desarrollar las facultades, a tener un espíritu crítico y evitar los prejuicios, a la buena educación...
Los “imbéciles” ya existentes simplemente hay que educarlos. Y ayudarlos a que dejen de ser imbéciles.
Mi pregunta final de esta serie de artículos es: ¿Eres un imbécil hispanoamericano?La respuesta es simple: no hay que capturarlos a todos e introducirlos en campos de exterminio, ni tampoco hay que hacer propaganda contra ellos. Simplemente hay que educar en valores a los jóvenes, y especialmente a nuestros hijos. Enseñarles que el dinero y el placer no lo es todo, que los demás tienen los mismos derechos, que hay que progresar siempre y cuando no se pisotee a los demás y no ser muy conformista, a administrar bien el dinero e invertir bien el tiempo, a adorar el saber e interesarse por aprender y desarrollar las facultades, a tener un espíritu crítico y evitar los prejuicios, a la buena educación...
Los “imbéciles” ya existentes simplemente hay que educarlos. Y ayudarlos a que dejen de ser imbéciles.
Un saludo y un gran abrazo.
Doy fin a la serie: “El Imbécil Hispanoamericano”
1 comentario:
¿Te acuerdas de la cámara que llevaba en Almagro? Mira la foto del "economista gay". Ha quedado genial con flor y sara por ahí :)) http://farm4.static.flickr.com/3312/3578285610_7c6ba9abbe_o.jpg
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