Pocos minutos han de transcurrir en Europa para que una familia se destruya. Los más afectados no son el perro ni el gato, sino los hijos. Un divorcio les marcará mentalmente el resto de su vida. Ahora bien, para que en un futuro estas situaciones afecten a las menos personas posibles, es deber nuestro colocar nuestra parte ¿Cómo? Nos preguntamos.
El principio y el comienzo de todo es el noviazgo. Es una etapa en que dos enamorados (dos y no solo uno) se conocen para comprobar si son aptas para unirse en Santo matrimonio y formar una familia, si es posible. No para disfrutar y comerse un helado en la plaza del pueblo y otras cosas de disfrute (que cada quien lo interprete a su manera) El fin de todo es el conocimiento mutuo.
Nos encontramos con un tipo de noviazgo que ya existía desde unos cuantos años atrás. Lo podemos llamar noviazgo efímero o noviazgo del disfrute. Muchos de los que conocemos andan perdidos buscando un novio o una novia como si fuese una consola de videojuego, o un hermoso vestido. Ven esta necesidad como primaria y fundamental, simplemente algo que se necesita para disfrutar de su compañía (besitos), para que los demás vean que tengo un trasto de estos o simplemente para disfrutar de sus ventajas que el noviecito o la noviecita traen consigo a modo de promoción. Aunque sin estar enamorado a la primera persona que ven (una presa fácil), se abalanzan contra ella como si hubiesen visto una etiqueta con un descuento a modo de rebajas al 80%. Se enrollan y se casan, por que “los demás ya se han casado y yo aquí en la soltería como un estúpido o una estúpida”. Más adelante, para mejorar la situación matrimonial, tiene un hijo. Pero llega un momento en que los dos ya no se pueden aguantar y una familia más, queda destruida.
No obstante existen otras causas, principalmente por interés económico. Conocí una pareja que ha estado unida en Santo matrimonio durante muchos años, con un hijo. De pronto, en un día normal como cualquier otro, cuando el marido ya había alcanzado un cargo de alta categoría en que podía ganar una cantidad de dinero considerable. Se divorcia. Llegando a crear un trauma tan profundo en sus hijos que les marcará de por vida. La causa estaba clara pero no es fácil comprender que una persona sea capaz de formar una familia, mantenerla durante varios años y luego irse con unas alitas. El noviazgo y el matrimonio a causa de razones económicas, son tan horribles y monstruosos como estar en un ascensor con un chimpancé armado con un fusil AK-47. Aunque nos muramos de hambre, ni se nos ocurra engañar a otro con el amor para llenar nuestro estómago, para algo existe el trabajo, los estudios y la superación individual.
El noviazgo no es un momento de disfrute, es un período temporal largo en que dos enamorados se conocen mentalmente de manera íntima. Desde ya hace años he escuchado la mediocridad de frase: “quiero un novio” o “me tengo que conseguir una novia” como si fuesen Pokémon “¡hazte con todos!”. El primer requisito y que no se tiene que saltar, es enamorarse. El segundo es conocerse de forma racional, lo digo por que algunos piensan más con el corazón (siendo un órgano) que con la mente. Y una fuerza de voluntad para soportar los defectos de la pareja y los momentos malos que se pasarán con ella. De esta forma, con un buen noviazgo, la familia se construye con una base sólida y habrá menos probabilidades de que alguien salga afectado. Por tu bien y el de los demás, si no te enamoras o no eres apto para formar una familia, por favor no te cases. La soltería tiene sus ventajas y desventajas como el matrimonio.
¡Así que, dejate de la tontería, y disfruta de lo que tienes!
¡Saludos y un gran abrazo!